RELACIONES SEXUALES DE MIEDO....SIN MIEDO
El objetivo básico que se
plantea cuando mantenemos relaciones sexuales es disfrutar. Pero en alguna
ocasiones este objetivo se trunca por toda la carga mental que llevamos y que,
finalmente, se manifiesta en nuestras respuestas corporales. El ser humano es
un ente bio-psico-social:
Bio: formado por el cuerpo
que nos tocó y toda su carga hormonal.
Social: todos los
aprendizajes que hemos ido recibiendo a lo largo de nuestra vida y que no
siempre nos favorecen en según qué momentos
Psico: cómo integramos y vivimos
la información recibida.
Si bien es cierto que el
ser humano tiene una carga biológica, la parte social y psicológica determinan
de qué manera vas a vivir y disfrutar de tu cuerpo.
Culturalmente, por un
lado, nos encontramos con una hipersexualización donde casi todo lo que vemos
está cargado de contenido sexual. Y por otra, los encuentros sexuales están
orientados al logro: hacerlo bien, que la otra persone disfrute, tener muchos
orgasmos, no tenerlos demasiado rápido, etc. Todo ello lleva a que, en más
ocasiones de las que nos gustaría, suframos
mas por todos esos pensamientos y logros que tenemos que cumplir ,que por poder
que disfrutar de lo que estamos haciendo.
Hay demasiadas reglas
establecidas desde el exterior que condicionan la sensación de disfrute.
Algunas de ellas son:
¿Qué
son las relaciones sexuales completas?
Parece que para tener unas
relaciones completas entre parejas heterosexuales deben existir una serie de
prácticas obligatorias que suelen ser: besos, alguna caricia, sexo oral y, la
práctica por excelencia, la penetración vaginal. Este reduccionismo del
disfrute cohíbe la libre vivencia de nuestro placer, puesto que está supeditado
a la existencia o no de estas prácticas. Para poder disfrutar plenamente lo
ideal sería que cada práctica o acción que hagamos sea un fin en sí mismo. Es
decir, realizar prácticas con el único fin de disfrutar y no de quemar pasos
para llegar a la penetración.
Superpoderes:
Sé lo que estás pensando
En algunas ocasiones nos
encontramos con que la comunicación verbal brilla por su ausencia y estamos
descifrando lo que la otra persona quiere o esperando que la otra persona
adivine lo que quieres. En este tipo de situaciones, nuestra atención se centra
totalmente en la otra persona y nos olvidamos que ambas personas quieren
disfrutar…y ¡leer la mente quema mucho tiempo y energía!. La palabra es un arma
cargada ya no de futuro, sino también de placer…úsala y ahorra tiempo, que los
superpoderes de adivinación no siempre aciertan.
El
ruido en la cabeza: ansiedad anticipatoria
Todas estas reglas en
ocasiones nos nublan los pensamientos e impiden disfrutar del momento desviando
la atención a lo que supuestamente debería ser. Muchas mujeres se agobian pensando
en el orgasmo que ya deberían tener, y muchos hombres en la eyaculación que ya
está en camino….y tanto pensar diluye el placer y da paso a la ansiedad,
creando círculos viciosos donde el disfrute desaparece. Crea tus propios
ritmos, céntrate en el ahora y saca provecho de todo lo que vaya pasando. El no
tener un orgasmo no anula el placer que has sentido hasta el momento…además, el
orgasmo nunca va donde le llaman, sino donde escucha la fiesta. Si estimas que
has eyaculado demasiado rápido para tu gusto no impide que sigas disfrutando…o
¿sólo disfrutas cuando eyaculas? Porque de ser así, ¡el resto de día tiene que
ser un aburrimiento!
Los
deberías:
Cuando las normas vienen
de fuera en algo que tú disfrutas desde dentro, suele ser un desestabilizador
natural. Relájate y disfruta, nadie está controlando que cumplas los estándares
establecidos…márcate tus propias relaciones sexuales. Recuerda que si estás
en un encuentro sexual es para disfrutar, no para ganar.
-
Estos son algunos de los
puntos que entorpecen la vivencia del disfrute en las relaciones sexuales…y,
sabiéndolo, ¿qué se puede hacer?
- Conócete:
El conocer tus ritmos es una de las claves para disfrutar. Déjate llevar y no examines cada paso que das. ¿Que de repente sientes que te baja la excitación? Olvídate y disfruta de ella, ya volverá. No te centres ni te agobies pensando en porqué se ha ido, dirige tu atención sólo a lo que te haga disfrutar.
- Cultiva el sano egoísmo:
- Humor:
Imprescindible. El humor es el mejor arma para disfrutar. No tomarse demasiado
en serio y enfocar las relaciones sexuales como el juego que son. Ríete y
relájate.
- Disfruta del no control:
El querer controlar todo lo que pasa funciona como una cuerda que asfixia al
disfrute. No planees qué harás y disfruta de lo que estás haciendo.
- Diferencia entre la culpa y la responsabilidad:
A veces, cuando algo no sale como nos
gustaría, nos culpamos…la culpa en ocasiones es inmanejable, es como una roca
que nos cae y nos aplasta. Comienza a hacerte responsable de tus actos: la
responsabilidad tiene opción de cambio; cuando no te sientas cómoda/o con algo,
analiza qué puedes hacer tú y da el paso para cambiarlo.
Y, sobre todo, recuerda:
los límites los pones tú. No hay nada escrito que te obligue a hacer lo que no
quieras, pero tienes un montón de folios para rellenar con lo que sí. Atrévete
a crear tus propias relaciones sexuales. Y, sobre todo y ante todo, disfruta.
Genial, me ha encantado el artículo
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